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¿Te parece que no hay salida para tu situación? ¿No ves alternativas? ¿Piensas que se te acaban las fuerzas a la vez que crece tu desaliento? La llamada a cultivar el potencial interior, la semilla de plenitud, está impresa en todos los seres humanos. Es importante comprenderlo ya que el desarrollo de este cultivo nace de la fe en que es posible. Poseemos un fondo vital, invisible e impreciso que, sin embargo, fluye sin cesar e influye decisivamente en la configuración de la vida humana.
Te invito a que te coloques en el espacio interior de observador y cuestiones tus pensamientos y emociones: ¿qué miedos te están paralizando? ¿qué creencias te mantienen encasillado? ¿qué apegos te atan? ¿qué zonas de comodidad no te atreves a dejar atrás? ¿qué dudas nublan una definición clara de tus objetivos? Entra como el aventurero leñador en ese bosque interior. Adéntrate con tu silencio en la tierra sagrada de tu corazón. Respira y goza de la experiencia. No te asustes ni te repliegues al encontrarte con las enredadas lianas de los prejuicios, los condicionamientos, los apegos, las arbitrariedades, los miedos y temores. Puedes ir mucho más allá de tus limitaciones porque tienes muchas más capacidades que las que actualmente estás usando. Muchas personas en situaciones límites hacen cosas que nunca habían pensado que serían capaces de hacer. Sus ejemplos nos ayudan a darnos cuenta que en nuestro interior existen fuerzas y energías aún por descubrir.
En un proceso de coaching se trabaja conjuntamente para encontrar contextos en los que pueda producirse un óptimo desarrollo interior. Es un viaje con el objetivo compartido de desbloquear el potencial individual, cuestionando interpretaciones que al vivirlas como certezas, nos limitan. Aprendemos a transitar los estados emocionales utilizando todo como palanca para la autobservación, la posibilidad de crecimiento y la búsqueda de sentido.
Es frecuente confundir querer con deseo. Y es que sólo utilizamos correctamente la palabra querer si la decimos con los labios, con el corazón y también con la voluntad. Querer algo de verdad significa escoger una opción y comprometernos con ella. Los cambios significativos comienzan con alguien que se compromete con una posibilidad deseable pero de momento inalcanzable. En las zonas de comodidad que habitamos sólo usamos los talentos conocidos. Necesitamos estirar esa zona de comodidad y desafiarnos a subir la vara de nuestro desempeño. El esfuerzo va unido al valor de no rendirse ante las dificultades y retos que la vida nos presenta constantemente. También va unido a la esperanza en la posibilidad de un futuro mejor.
Los pensamientos esperanzados nos recuerdan que siempre hay varias alternativas aunque de momento no las veamos, y que siempre hay una salida aunque todavía no hayamos dado con ella. La esperanza y la confianza nos hablan del poder que vive en cada uno de nosotros, de la posibilidad de compartir dones y perspectivas, y de la flexibilidad que se logra al mirar desde nuevos puntos de vista. La esperanza, la confianza, la fe y la perseverancia nos remiten a la posibilidad de evolución creativa que reside en el interior de la vida que a todos nos sustenta. Energía en constante renovación y transformación que nos susurra a cada instante: ¡Sigue adelante!