"Entérate de lo que eres y sé lo que eres." (Pindaro)

¿Te sientes estancado en algún aspecto de tu vida?

¿Buscas orientación para superar una crisis personal?

¿Has perdido el entusiasmo y la motivación? ¿Hay emociones que no sabes gestionar?

¿Tienes sueños postergados que quieres hacer realidad?

¿Quieres mejorar tus relaciones? ¿Sentirte más libre? ¿Desarrollar todo tu potencial?

"Nada espléndido se ha alcanzado excepto por quienes se atreven a creer que algo dentro de ellos era superior a las circunstancias." (Bruce Barton)

"La actitud mental positiva es ver oportunidades donde otros sólo pueden dificultades." (Walter Salama)

"Concéntrate en a dónde quieres ir, no en lo que temes." (Anthony Robbins)

"No escondas tus talentos, fueron creados para ser us"La motivación se da cuando tus manos y tus pies siguen trabajando, aunque tu cabeza dice, que no se puede lograr." (Benjamin Morrell)

"El conocimiento está formado por el 20% de lo que usted sabe, y el 80% de lo que usted infiere sobre lo que sabe." (Jim Rohn)

"Cuentas con unas energías fabulosas de reserva justo para cuando las necesites: sólo tienes que descubrir lo que está ocurriendo en ti." (Anthony de Mello)

"A veces tenemos que salirnos del camino para encontrar el sendero correcto." (Talane Miedaner)

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Índice de Reflexiones

Sobre salir del victimismo

Un día, el burro de un campesino se cayó en un pozo. El animal relinchó por horas mientras el campesino trataba de buscar la forma de ayudarle pero finalmente decidió que el burro ya estaba viejo y el pozo necesitaba ser tapado con urgencia, así que echando tierra podría solucionar los dos problemas a la vez.

Con ese fin pidió ayuda a sus vecinos. Cada uno tomó una pala y empezaron a echar tierra al interior del pozo. El burro al notar lo que se le venía encima empezó a relinchar con más fuerza pero después de un rato se aquietó. La gente no lo veía y pensaba que habría quedado enterrado pero lo que realmente sucedía era que el burro estaba ocupándose de sacudirse la tierra que le arrojaban con cada palada.

Al poco tiempo, para sorpresa de todos, empezaron a verse las orejas del asno que, apoyándose en la tierra que se sacudía y caía al suelo, estaba logrando elevarse. Cuando llegó a la altura de la boca del pozo, dando un salto, salió corriendo alegremente dejando boquiabiertos a sus supuestos enterradores.(Adaptación libre de un cuento de la tradición judía)

Como el burro, en algunos momentos de nuestra vida, podemos tener la sensación de que hemos caído en un pozo. Suelen ser momentos de angustia y tensión y el estrés aumenta cuando en medio de esa oscuridad y confusión percibimos que de quienes esperábamos ayuda recibimos rechazo y hostilidad. En este punto, entre el estímulo y la respuesta, como seres humanos podemos elegir dónde enfocar nuestra atención y decidir lo que nos conviene hacer. Si nos dejamos llevar por pensamientos negativos y nos enganchamos en el juicio sobre las actuaciones de los demás, quizás la situación termine enterrándonos.

Imagínate que el burro se hubiese quedado parado pensando lo desagradecidos que eran su amo y los vecinos después de todo lo que había cargado en sus lomos para resultarles un asno útil. Quizás se hubiera tirado en el suelo del pozo preso de la tristeza que emergía de su corazón al pararse a observar la crueldad de esas personas. Si hubiera actuado así, el burro hubiera estado preocupándose del asunto de los demás. Juzgando sus acciones y padeciendo por ellas. Pero por suerte para él, el burro eligió enfocar su atención en el aquí y el ahora, y tomó consciencia de cada palada de tierra que le caía encima. Se ocupó de su asunto. Pudo abrir los ojos a lo que le estaba pasando y ver qué podía hacer para afrontarlo de la mejor manera posible. Se concentró en sacudirse cada vez, esa pequeña porción de tierra, y manteniéndose con sus patas bien asentado sobre el terreno, fue capaz de transformar lo que antes sólo se percibía como acciones hostiles en instrumentos de salvación.

Podemos salir de los más profundos pozos si no nos damos por vencidos... y trabajamos sobre nuestra zona de influencia, ese espacio de acción que nos queda para hacer frente a la situación. Todos nosotros tenemos preocupaciones y conflictos y alrededor de todos ellos podemos imaginar un círculo que los abarca y que llamamos la zona de preocupación. Cuando revisamos todo lo que queda dentro de este círculo vemos que sobre algunos de esos problemas no tenemos ningún control pero sobre otros sí podemos hacer algo. El círculo de la zona de influencia abarca estas últimas.

¿En cuál de estos dos círculos concentras la mayor parte de tu tiempo y energía? ¿Actúas desde tu zona de influencia o te quedas atrapado en la zona de preocupación? ¿Sabes mantenerte enfocado incluso bajo presión?

Si nos enfocamos en el círculo de preocupación restamos energía para atender el círculo de influencia. Si queremos ser más efectivos y dejar de sufrir innecesariamente vale la pena centrar los esfuerzos en la zona de influencia. Así concentramos recursos, y tomamos la iniciativa para promover cambios positivos.

Como al burro de nuestro cuento, la vida nos tira a veces, todo tipo de tierra. Si lo interpretas como un problema y te bloqueas sintiéndote víctima de la situación, esa tierra puede acabar aplastándote, pero si lo contemplas como un desafío, te ubicarás en la perspectiva de protagonista, encontrarás la forma de sacudirte esa tierra y la usarás para dar un paso hacia arriba. Así, cualquier situación se transformará en una oportunidad para lograr un nivel más elevado de conciencia.

Como coach personal te invito a que te hagas responsable de tu propia felicidad y a que entrenes a tu mente para que te muestre lo que desea tu corazón, para ver la oportunidad mientras trabajas en construir la posibilidad.